MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
Yihad Islámica, la organización terrorista objetivo de la última campaña de bombardeos israelíes sobre Gaza, es la segunda fuerza armada más importante del enclave después de Hamás, pero a diferencia del movimiento islamista que, cabe recordar, no participa en este enfrentamiento por ahora, se distingue por su ausencia total en la vida política del territorio.
El grupo, fundado en 1979 por el fundamentalista islámico Fathi Shaqaqi y otros estudiantes palestinos en Egipto, se distingue también por los fuertes vínculos que le unen con Irán, enemigo declarado de Israel en la región.
El primer ministro de Israel, Yair Lapid, recordó el viernes, al principio de los bombardeos, que el secretario general del grupo, Ziad al Najala, se encontraba precisamente de visita en Teherán cuando comenzaron los bombardeos sobre Gaza. El entonces secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, calificó en 2019 al grupo del “representante terrorista de Irán” en Palestina.
Otro alto responsable del grupo, Mohamed Shalah, aplaudió a las autoridades iraníes como el “gran amigo del pueblo palestino”, en una entrevista con AlahedNews publicada a mediados del mes pasado, pero desde el grupo se ha especificado que la proximidad con Irán viene dada por su causa común contra Israel y no por convertirse, como apuntó el año pasado el comandante iraní Gholam Ali Rashid, en el posible brazo armado de la república islámica en la Franja de Gaza.
De todas formas, ambos Irán y Yihad Islámica comparten una larga relación que data desde la revolución islámica de 1979 en Irán, considerada por el fundador de Yihad Islámica como el evento que finalmente desembocaría en la unidad del mundo musulmán.
Ya en la década de los 80, y establecido en Gaza, el grupo comenzaría los preparativos de su primera gran campaña terrorista, que se prolongaría desde mediados de década hasta 1988, cuando su fundador fue expulsado a Líbano, donde reforzó todavía más sus lazos con Irán y el partido milicia chií libanés Hezbolá, aliado de Teherán. Falleció en 1995 en una operación de asesinato selectivo de Israel ejecutada en Malta.
En sus casi 40 años de historia, el grupo, cuya presencia en Gaza es prominente en algunas instituciones religiosas, ha asumido la responsabilidad de más de una treintena de atentados que le han hecho acreedor de su designación de organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido, Japón, Canadá e Israel, entre otros, y desarrollado su brazo armado, las Brigadas Al Quds, principales contendientes de Israel en este nuevo conflicto.
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